Con el paso de los meses, los Galegans fueron erradicando
todos los productos de The Marmalade Company que quedaban en sus dominios,
hasta que finalmente, el 21 de Mayo, destruyeron la última sucursal de sus
enemigos en la batalla de Las rias Altas.
Esta ofensiva por parte de los Galegans causó pérdidas
económicas de miles de euros, increíbles bajadas del precio de las acciones en
bolsa y se destrozaron veintitrés calculadoras (que explotaron al hacer los
enormes cálculos de las pérdidas). Esto, como es obvio, no le sentó nada bien a
la compañía de la mermelada.
Decidieron entonces que había llegado la hora de
contraatacar; prepararon su armamento y urdieron sus planes durante el mes de
Junio y cuando parecía que la calma había vuelto a la tierra Galegan, The
Marmalade Company volvió a la carga.
Consiguieron formar un duro bloqueo alrededor de las costas
gallegas gracias a sus poderosos buques tales como el “Prestige 2.0” el “Orangizer”
e incluso algunos testigos aseguraron haber visto al gigantesco barco de “さかな”
que obviamente compraron a una empresa japonesa cuando estaba a punto de ir al
desguace, pero que consiguieron reparar convirtiéndolo en una máquina de matar
Galegans y de pescar atunes (funcionalidad que les resultaba inútil, ya que no
necesitaban atunes teniendo su mermelada de naranja).
Una vez consolidada esta formación tan agresiva, llevaron a
cabo su estrategia más devastadora: La lluvia de naranjas, mejor conocida como “Orange
Storm” (para obtener más información acerca de esto, ve a la sección de
Tácticas de Guerra) con la cual consiguieron mermar las defensas Galegans y dejar
maltrecha su agricultura, su economía y su dignidad.
Tras varios días soportando el incesante bombardeo de
naranjas, un reducido grupo de Galegans se juntó para plantar cara a la flota
de sus enemigos. Libraron una cruenta batalla conocida como “Orange Battle” en
la cual sucumbieron defendiendo sus tierras hasta el final. The Marmalade
Company les capturó y les torturó exprimiéndoles naranjas en sus ojos hasta que
suplicaran la muerte en la horca.
En la tierra Galegan la frase “estamos jodidos mozo” pasó a
ser el pan de cada día cuando venía la lluvia de naranjas del mediodía, de las
seis de la tarde y de las doce y media de la mañana (a estas horas el bombardeo
era más intenso) y todo les iba tan mal que apenas podían sobreponerse a esta
situación. Pero finalmente, como si de un regalo divino se tratara, una
compañía de aviones acudió en su ayuda. Llegaron un total de cincuenta aviones
de Ryanair, dispuestos a cargar con los gallegos y a rescatarlos de aquella
situación tan lamentable.
Miles de Galegans subieron a dichos aviones, pero lo que
ellos no sabían era que en realidad todo esto se trataba de un falso rescate
planeado por sus enemigos. El día C, los Galegans que creyeron haberse salvado,
murieron cuando los aviones en los que iban se estrellaron, como cabía esperar.
El punto de impacto conocido como “Crash Zone” fue en Francia a unos 75
kilómetros de París.
Ante las devastadoras consecuencias que tuvieron dichos “accidentes”
los franceses entraron en pánico y la histeria reinó en todo el País. No tardó
mucho hasta que descubrieron la identidad de Jorge Cachopo, uno de los gallegos
que yacía muerto entre los restos del avión. Pensaron que ellos habían sido los
que enviaron este ataque y se unieron a The Marmalade Company en su campaña
contra esa “escoria homosexual” como ellos los llamaban, ignorando por completo
la fama que tenían ellos mismos en España por méritos propios.
Tiempo después, el 19 de Agosto, los Galegans libraron la
gran “batalla de las rías Baixas” contra The Marmalade Company y algunas tropas
francesas en la cual, sus ofensivas a la desesperada y sus dones innatos para
repartir hostias como panes les concedieron una victoria absoluta, haciendo así
retroceder a toda la flota enemiga y consiguiendo una temporada para
fortalecerse un poco más.
Tras esta abrumadora victoria, un Galegan médico encontró a
un espía ruso tratando de sobrevivir entre los cadáveres que habían quedado en
la batalla.
“No paraba de hablar en un idioma muy raro y parecía que había sido poseído. Decía no sé qué mierdas de las naranjas, así que le calcé una buena hostia en la cabeza, lo dejé inconsciente y me lo llevé pa la base” aseguraba el médico.
Tras unas intensas jornadas de torturas, tales como los
pellizcos de un bogavante en los huevos, u obligarle a tragar tinta de pulpo mientras
le lanzaban erizos de mar, consiguieron que hablase en cristiano y les dijese
que él había sido uno de los que hicieron que el “Prestige” naufragara.
Con todo esto, los Galegans habían conseguido zafarse un poco de
la ofensiva de The Marmalade Company, pero aún tenían que lidiar con los
franceses por lo que no estaban capacitados para ir a Rusia para descubrir cuáles
eran los motivos de su espía…
Sin duda una campaña contra los rusos era algo que no podían
hacer solos, así que tuvieron que pedir la ayuda de un aliado.
Jajajaja es lo mas xD Porcierto, su significan esas letras chinas? LOL
ResponderEliminarBuenas recluta! 'さかな' es el identificativo que los Galegans le han puesto al atunero recién comprado. Actualmente se desconoce si tienen algún significado concreto, o algún iluminado los eligió al azar como maniobra evasiva. Le mantendréal tanto.
EliminarIngles .algo muy gracioso
ResponderEliminarCubero estubo aki